Ante la Virgen de mi Cofradía
me arrodillo y le ofrezco mis plegarias
que vuelan, con las brisas solidarias,
hacia la luz que alumbra cada día.
Cultivas en tu alma la alegría
del néctar de tus mieles necesarias
para que sean tus beneficiarias
azucenas la voz de tu valía.
Eres, Pilar, bondad resplandeciente,
que goza con la vida del viajero
hermano de la estrella transparente.
Tu alma ilumina siempre mi lucero
que su sed sacia en tu cuidada fuente
de amor total que es muy placentero.